miércoles, 6 de febrero de 2013

LA MENTE


Carta va carta viene, la habitación se llenaba de humo por los cigarros. Eran las 1:30 A.m.
 Sacamos whisky, se inició una competencia; El que tomaba toda la botella (con chupitos) ganaba, y el que no, recibía golpes por parte de todos los presentes.
Las risas acompañaban el complejo entorno mugriento de la habitación.
Terminamos la competencia y un amigo recibió todos los golpes.
Me paré para ir a buscar hierba (ya saben, la “medicinal”) para rematar el momento.
De repente todo cambió, sentía como si el tiempo se parara, pasaban los segundos, minutos, horas, todo quieto. Hasta el humo de la habitación parecía calmo como la brisa en una noche de verano.
Intenté moverme repetidas veces, me ponía cada vez más nervioso, mientras que, obviamente, no podía mover ni sentir un solo músculo.
No sabía si eran los cigarros, el consumo excesivo de drogas, el alcohol o qué, lo que si sabía era que estaba sufriendo mucho y quería escapar de esa obscuridad para siempre.
Comencé a pensar en mis amigos, mi familia, mi novia, en todos ellos, en lo que podría haber vivido, lo que viví, todos los errores que cometí, lo que pude hacer bien que hice mal y lo que pude hacer mal que hice bien.
Quería gritar, no podía. Quería llorar, desistía.
Veía pasar año tras año, pero ya no veía nada. No veía a mis amigos, no veía la mesa, las paredes, los cuadros, el humo, las sombras, nada. Solo un enorme vacío sin fin.
De un instante a otro, comencé a sentir mis músculos, mi sangre agitada corriendo por mis venas, mi corazón casi saliendo por mi boca.
Mis amigos estaban ahí, parados uno al lado de otro mirándome con cara de susto.
Me preguntaban si estaba bien, si necesitaba algo.
Lo primero que hice cuando salí de ese estado fue ver el reloj de la habitación. No podía creer todos los años que habían pasado.
Aunque no era cierto, el reloj marcaba las 1:40 A.m.
¿Qué? ¿Parecían correr año tras año, y después de todo, solo pasaron 10 minutos?
No sabía lo que había pasado o, qué había pasado mientras estuve parado ahí.
Lo que si sabía, era cómo era vivir en el mismísimo infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario